Blockchain es más que una herramienta tecnológica; es un pilar para la innovación en pagos internacionales. Su transparencia, seguridad y capacidad de trazabilidad lo hacen indispensable en operaciones comerciales.

Casos como la normativa PSD2 de la Unión Europea y la adopción de monedas digitales por parte de bancos centrales ejemplifican su potencial para generar confianza y eficiencia.

La integración de contratos inteligentes (Smart Contracts) permite transacciones autónomas y seguras, minimizando errores humanos y reduciendo costos operativos.